Comunicación Electoral

02 diciembre 2006

Videocracia: nueva arma de agitación política

Miguel Angel Barroso publica este fin de semana un interesante artículo en ABC sobre el uso de los vídeos en comunicación política:

Videocracia: nueva arma de agitación política.

Darfur, Sudán. Una región dejada de la mano de Dios. Un conflicto entre árabes y africanos de raza negra que ha derivado en limpieza étnica y miles de desplazados. Un drama que no tiene hueco en los grandes titulares de prensa... pero sí en webcameron, el blog personal de David Cameron, líder de los conservadores británicos (www.webcameron.org.uk). No se trata de una reflexión escrita en su despacho de Londres. El jefe de los torys se ha desplazado a Sudán para contar lo que pasa allí a través de vídeos que cuelga en su página personal. Su discurso se mezcla con las imágenenes de polvorientos campos de refugiados. «Cameron ha demostrado una gran habilidad convirtiendo su personalidad política en algo cercano», comenta Juan Varela, periodista y consultor de medios (periodistas21.blogspot.com). Webcameron es un foro lleno de imágenes, textos y enlaces, con entradas de comentaristas invitados y del público en general. Un modelo muy comentado por los analistas de las nuevas herramientas de información y propaganda.

¿Un modelo a seguir por los políticos españoles? «Sin duda», añade Varela. «Sentirse dueños de la comunicación audiovisual, sin tener que pasar por intermediarios ni cuotas, es una tentación demasiado grande. La gente va pegada a una pantalla —teléfonos móviles, pda, ordenadores portátiles...— y recibirá estos mensajes. Pero tendrán que evolucionar desde formas burdas a otras más sutiles. Un producto mal hecho tiene un efecto bumerán, como le ha ocurrido al PP con el vídeo sobre seguridad ciudadana que incluía imágenes de altercados en Colombia». Por ahora, los lanzamientos de aquí poco o nada tienen que ver con el estilo Cameron.

Efecto multiplicador

El intercambio de golpes entre los diferentes partidos utilizando el formato audiovisual ha llegado a su punto álgido en las últimas semanas, con la mencionada cinta del PP, la del PSOE sobre la anterior tregua de ETA y la de CiU recordando los «logros» del tripartito que lideró Maragall. Asistimos al nacimiento de la videocracia que ya anticipó el famoso «vídeo del dóberman» hace una década, en los últimos estertores del felipismo, cuando internet estaba en pañales. «No se trata de abrir un canal con el ciudadano», reflexiona Varela. «Los políticos quieren ser noticia con estas grabaciones. Saben que las televisiones las van a emitir, que los periódicos electrónicos las van a colgar en sus páginas, que las diferentes redes sociales las van a manosear. Internet tiene un efecto multiplicador enorme».

A Ramón Salaverría, director del Laboratorio de Comunicación Multimedia de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del blog e-periodistas (www.e-periodistas.blogspot.com), el desembarco de la política en esta red abierta para todos, de uso sencillo y alcance mundial, le proporciona cierto desasosiego. «Por desgracia, abundan los contenidos de tirar la piedra y esconder la mano. Los partidos tendrían que ser los primeros en dar ejemplo; en vez de aprovecharse de la herramienta para soflamas propagandísticas deberían fomentar la interacción y la capacidad de crítica. Con todo, si juegas a este juego tienes que estar abierto a la respuesta, te guste o no».

Salaverría recoge en su blog un informe sobre la utilidad publicitaria de los medios tradicionales. Realizado por ICOM, la mayor organización mundial de agencias de publicidad y marketing, el estudio, en el que han participado 34 empresas de 25 países, evidencia que los expertos han comenzado a cuestionarse la idoneidad de esos medios (en particular los diarios) como soporte para sus campañas. El crecimiento más rápido de inyección publicitaria en 2006 se ha producido en las redes sociales y la blogosfera. Los políticos empiezan a tomar nota de la tendencia. Y sus «entrenadores», también.

Bitácoras abandonadas

Daniel Ureña, socio-director de MAS Consulting Group España —firma de consultoría política— y director del Curso Superior de Dirección de Campañas Electorales que se imparte en colaboración con el ICADE, considera que «se está tomando demasiado en serio esta trifulca de los vídeos, pero no cabe duda de que internet es el canal propagandístico del futuro». No confía en los contenidos agresivos o duros, «al estilo dóberman», pero sí en las bitácoras con propuestas serias y que animen a la participación. «Trabajamos con diversos candidatos y les aconsejamos que lleven un diario de campaña actualizado. No hay nada peor que un blog abandonado». La fórmula audiovisual, con pequeños vídeos tipo YouTube, aún no ha sido explotada en España, pero sí hay blogs de campaña escritos que quedaron olvidados en el ciberespacio una vez que sus propietarios lograron sus objetivos. Tenemos los ejemplos de Pasqual Maragall, que empezó su «diari» a principios de año y se olvidó de él tras aprobarse el Estatut, y del líder del BNG, Anxo Quintana, que hizo lo propio cuando alcanzó la vicepresidencia de la Xunta de Galicia.

La cocina

La televisión en internet del PSOE (ipsoe tv) colgó el vídeo «La otra tregua» el lunes pasado a las 15 horas. A las doce de la noche ya habían entrado 75.000 usuarios diferentes. Los hacedores de la cinta calculan que en ese mismo lapso de de tiempo más de 350.000 personas la habrían visionado en los diferentes portales que se hicieron eco del asunto. No hay una gran infraestructura detrás: en la «cocina» participan los miembros del gabinete de comunicación del PSOE, más un realizador y un cámara. «Desde los guiones hasta la postproducción, todo es muy “casero”», explica un portavoz del departamento. «Intentamos involucrar a las federaciones territoriales para que aporten su granito de arena».
El vídeo que muestra las supuestas contradicciones del PP sobre la tregua de ETA empezó a fraguarse antes del verano, cuando la oposición de los populares al denominado «proceso de paz» iniciado por Zapatero se hizo palpable. La «Telepsoe» echó a andar en septiembre, coincidiendo con la conferencia política del partido. Utiliza tecnología IP, la misma que el Ayuntamiento de Londres. Se nutre con 2 ó 3 vídeos por semana (cada mes se produce una actualización más amplia con 8 ó 10 documentales más elaborados), que incluyen entrevistas con destacados miembros del partido. Se avanza quién es el próximo invitado para que los internautas envíen sus preguntas. «Lógicamente es una televisión de partido», confiesa la misma fuente. «Vendemos lo que vendemos, pero no es un producto baboso. En estas apuestas corres el peligro de que si te pasas puedes movilizar al electorado de tu rival».

El PP lleva tiempo explorando este territorio, pero no quiere precipitarse. El vídeo se utiliza para comunicaciones internas y el envío de mensajes a los ciudadanos. Se dieron los primeros pasos para la salida de un canal propio (incluso se le buscó un nombre: «Popular televisión»), a la espera de que las mejoras tecnológicas favorecieran su despegue. «Nos lo hemos planteado, pero en España sólo unos pocos usuarios disfrutan de un ancho de banda suficiente para visionar unas producciones de calidad», comenta José Luis Ayllón, secretario de Comunicación del PP. «Lo haremos cuando las condiciones sean propicias». Con todo, no ve a Mariano Rajoy «perseguido permanentemente con una cámara. A lo mejor a Zapatero sí le gusta».

Para Ayllón, «vivimos en un mundo donde la imagen tiene una importancia capital. Un mundo televisivo, de videoclip, de tráiler cinematográfico... Usando esta herramienta te expones, abres tus puertas y tus ventanas, eres observado por miles de ojos, algo que es bueno para la democracia. Eso exige una gran responsabilidad. En la vida hay que intentar hacer todo lo mejor posible. Claro que una cosa es el error —de resultar cierto lo que se dice de nuestro vídeo sobre seguridad— y otra la inoportunidad —la cinta electoral de CiU en la que atacaba a quien podría ser su aliado político— y la manipulación —el reciente vídeo del PSOE—».

Humor kitsch

El periodista Juan Varela destaca un aspecto importante que debe acompañar a estas producciones: el humor. «Siempre y cuando no se llegue al extremo kitsch del vídeo de Montilla Nocilla de las últimas elecciones catalanas». El PSC, en un mensaje animado a través de telefonía móvil, presentó a su candidato como el «alimento que necesita Cataluña». El vídeo incluía la música y la iconografía de la popular crema de cacao; los socialistas catalanes sustituyeron la leche, el cacao, las avellanas y el azúcar por el compromiso, la gestión, la experiencia y el trabajo con el objetivo de «endulzar» a su presidenciable. El problema es que la gente discurre, y a través de YouTube se contestó con otro vídeo con la misma sintonía e imagen, pero un texto muy diferente: «Desgobierno, regionalismo, sectarismo y tripartito... Mon-ti-lla». Como broche final se añadió el estribillo de la famosa canción de María Isabel, con una ligera modificación: «Antes muerta que Montilla, ay que Montilla, ay que Montilla...».

Las agencias de noticias y de publicidad jugarán un papel importante en el nuevo escenario. ¿Se abren oportunidades creativas y de negocio? «No pasa un día sin que identifiquemos nuevos agentes de elaboración y consumo de noticias a través de la imagen», señala Alberto Goytre, jefe de Edición de la Agencia Atlas. «Los productores se multiplican, pero también los canales: circuitos cerrados de televisión, telefonía móvil, pantallas en los estadios, en los transportes públicos... La información va a buscar al ciudadano allí donde se encuentra. No sólo se abre el abanico del negocio; es que, además, los clientes se multiplican».

Comunicación ambigua

Las nuevas tecnologías, el abaratamiento de los costes de grabación, la difusión de programas de edición «caseros» y, sobre todo, internet, son factores que hacen que hoy en día partidos políticos, clubes de fútbol, asociaciones de consumidores y hasta grupos de amigos tengan su propia televisión. «Esto es esencialmente bueno para la sociedad democrática, ya que permite a actores hasta ahora marginados integrarse al proceso audiovisual», continúa Goytre. «Muchas entidades acostumbradas a expresarse a través del escrito lo hacen ahora mediante vídeos. El texto tiene seguramente un número limitado de interpretaciones posibles, por muy ricas que sean. Dicen que una imagen vale más que mil palabras; pues bien, en cada segundo de vídeo hay 25 imágenes».

No obstante, hay que ser cautos. «El vídeo comunica de una forma ambigua; sus mensajes se disparan en todas direcciones como fuegos artificiales, a veces fuera de control. La imagen pasa por ser una simple “notaria” de lo visto y oído, pero tiene más peligro que una piraña en un bidé. Su uso en montajes fuera de contexto hace que su supuesta imparcialidad pueda transformarse en tergiversación absoluta. Por eso hay que tener claro que una cosa es la tecnología y otra la política. Las cosas se sacan de quicio, y la ambigüedad se transforma en crispación y en caldo de cultivo para el ataque más o menos justificado. En este sentido, tampoco podemos decir que haya mucho nuevo bajo el sol. En 1996 el PSOE difundió un vídeo electoral en el que se superponían imágenes de Francisco Álvarez-Cascos con otras de un dóberman ladrando y enseñando los colmillos. Y aquello no fue un error de montaje».

En busca de nuevos caladeros

El objetivo de la videocracia no es, probablemente, el votante tradicional. «Estamos ante el nacimiento de una nueva etapa de persuasión», alerta Blanca Muñoz, profesora de Teoría Social y Política y Sociología de la Cultura de Masas de la Universidad Carlos III de Madrid. «Los políticos intentan atrapar a gente que forma parte de la abstención, un público joven que tiene internet como principal fuente de información, que maneja los SMS para comunicarse... Un público que, de alguna manera, estaba “a salvo” de los mensajes de los partidos. Muchos van a ser presas fáciles, porque la tecnología está sustituyendo los procesos normales de formación, convirtiéndolos en personas muy manipulables». Pero el cazador puede verse cazado. Se ha abierto la veda. No sólo para los políticos. También para el testimonio directo de los ciudadanos, que cada vez aportan más munición propia en internet, con ejemplos como Video the Vote (www.videothevote.org) o The People Choose (www.thepeoplechoose2006.org), donde se analizan con lupa los procesos electorales en Estados Unidos. En este batiburrillo de propaganda y contrapropaganda, de información y desinformación, los profesionales del periodismo pueden quedarse fuera de juego. Fernando González Urbaneja, presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa (FAPE), advierte que «no debemos perder nuestro papel de intermediarios».

Alberto Goytre recuerda que «hay modelos, como Current TV, la televisión creada por Al Gore (www.current.tv), que ofrece al público espacio para contar sus noticias y dispone de un equipo de periodistas para separar el polvo de la paja. En el Reino Unido, la BBC ha creado un departamento dedicado a la recepción de vídeos de este tipo». Los ciudadanos no sólo miran. Lanzan sus mensajes. Es el concepto de Noticias Generadas por los Usuarios (User Generated Content). El contraataque a la videocracia.

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